La valvulotomía o valvuloplastia es un procedimiento quirúrgico que está a la orden del día en los quirófanos de los servicios de cardiología. A pesar de los riesgos inherentes a toda intervención cardíaca, se trata de una operación que en muchos casos puede efectuarse de forma poco invasiva y que, en general, tiene buen pronóstico.
¿Qué es una valvulotomía?
Se trata de una intervención cardíaca que se practica para tratar diversos tipos de valvulopatías, como:
- Estenosis (estrechamiento) de cualquiera de las válvulas del corazón.
- Otros defectos o malformaciones que puedan presentar dichas válvulas, impidiendo que estas cumplan su función de regulación de paso del flujo sanguíneo.
La valvulotomía se realiza con el paciente sometido a los efectos de una anestesia general y, tras la intervención, es necesario un periodo de recuperación hospitalaria.
La duración de la estancia en el hospital, así como el periodo de recuperación total de la cirugía, depende fundamentalmente del tipo de intervención elegida por el cirujano, aunque también influye el estado general de salud y la edad de la persona que ha sido operada.
¿Por qué se realiza?
Cuatro son las válvulas del corazón:
- Válvula aórtica
- Válvula mitral
- Válvula pulmonar
- Válvula tricúspide
En cualquiera de ellas puede producirse una estenosis o presentarse un defecto que impida que la válvula se abra o se cierre correctamente. Si no se tratan, esos estrechamientos o defectos de las válvulas del corazón terminan provocando síntomas y otras complicaciones derivadas del mal funcionamiento de la válvula afectada.
Aunque esos síntomas difieren en función de la válvula y de la gravedad de la anomalía, los más habituales son:
- Molestias o dolor pectoral (angina de pecho)
- Arritmias
- Dificultades para respirar, especialmente durante la realización de actividades físicas
- Palpitaciones cardiacas
- Edemas
- Fatiga
- Tonalidad azulada de la piel (cianosis)
Dado que esas señales son más que coincidentes con algunos de los síntomas de cardiopatías congénitas y no congénitas de diversas naturalezas, será el cardiólogo el que establezca el diagnóstico diferencial, tras la realización de las correspondientes comprobaciones y pruebas cardiológicas.
En función de la válvula afectada y de la gravedad de la alteración, el cardiólogo valorará la conveniencia de practicar una valvulotomía o de efectuar un reemplazo valvular.
Tipos de valvulotomía
Dos son las alternativas de las que dispone el cirujano cardíaco para realizar una valvulotomía:
Valvulotomía con globo
La primera opción es la valvulotomía con globo, debido a que es una técnica quirúrgica muy poco invasiva: el cirujano introduce un catéter en el músculo cardiaco, haciéndolo llegar a ese emplazamiento a través de una arteria del brazo o de la ingle, según el caso.
En el extremo del catéter existe un globo que se infla de manera rápida, una vez que el catéter ha llegado hasta la zona de la válvula estrechada.
La consecuencia directa es que las valvas de la válvula afectada se van abriendo y separando, como resultado de la presión ejercida por el globo. De esta manera, se restablece la funcionalidad de apertura de la válvula, normalizándose el flujo sanguíneo que circula a través de la misma.
Una inconveniencia es que esta técnica no siempre puede emplearse: es apta para solucionar estenosis valvulares que no presenten excesivas complicaciones y que no vayan acompañadas de otras patologías o disfunciones cardiacas.
Valvulotomía pulmonar extracorpórea
Cuando no es posible emplear el cateterismo, la alternativa pasa por practicar una valvulotomía a corazón abierto y reparar manualmente el defecto valvular que impide que la válvula se abra y cierre con normalidad.
Se trata de una operación para la que es preciso abrir el esternón y así acceder al músculo cardíaco. Además, es necesario utilizar un sistema extracorpóreo de circulación sanguínea durante la operación.
Obviamente, en este tipo de valvulotomías los riesgos quirúrgicos son más elevados que en el caso del cateterismo. Asimismo, el periodo posoperatorio es más prolongado y susceptible de provocar alguna complicación.
Pronóstico tras una valvulotomía
El pronóstico de las valvulotomías es, en general, bueno: los pacientes suelen recuperar la funcionalidad del músculo cardíaco y pueden llevar una vida normal, con las lógicas medidas de control y prevención.
Sin embargo, una valvulotomía, sea cual sea el método elegido por el cirujano, es un procedimiento complejo y que conlleva cierto riesgo de que se presenten complicaciones, tanto durante la intervención como durante el proceso posoperatorio.
En cuanto a la duración de la estancia en el hospital, cuando la valvulotomía se ha practicado con la técnica del globo, el alta hospitalaria se produce en un periodo de unos cinco días, si no se presenta ninguna complicación.
Tras una intervención a corazón abierto, el plazo del alta hospitalaria es muy variable, según la edad y el estado general de salud del paciente. A título orientativo, una persona sana y en buen estado físico puede estar en su casa a los diez días de haber sido operada.
Eso sí, el periodo de cicatrización y recuperación total de una valvulotomía practicada a corazón abierto no se completará antes de que transcurran un mes y medio o dos meses.
Añadimos que una válvula que ha sido reparada mediante cirugía puede volver a estrecharse con el paso de los años. Es decir, aunque en muchos casos una única operación resuelve el problema de por vida, no es descartable que un paciente intervenido con éxito tenga que someterse a otra valvulotomía en la misma válvula, a medio o a largo plazo. O que el cirujano decida reemplazar la válvula defectuosa por una artificial.
Resumiendo, las valvulotomías son procedimientos quirúrgicos utilizados para tratar ciertos tipos de cardiopatías congénitas o adquiridas, siempre que estas patologías estén relacionadas con un fallo o defecto valvular que no exija la sustitución de la válvula.
Además, ambos tipos de valvulotomía son opciones de probada eficacia. La conveniencia de optar por una u otra técnica quirúrgica dependerá del resultado de la valoración previa de cada caso particular.