Las cardiopatías congénitas, que afectan tanto a niños como a adultos, son unas de las enfermedades cardiacas a las que con mayor frecuencia se enfrentan hoy en día los médicos especialistas.
Esto no es debido a que haya habido un aumento significativo, sino a que es posible identificarlas con mayor facilidad gracias a los numerosos estudios publicados sobre los diferentes tipos de cardiopatías congénitas y al uso de tecnologías diagnósticas muy avanzadas como es la ecocardiografía fetal.
Qué es una cardiopatía congénita, causas y tratamientos
Hablar de cardiopatía congénita es hacerlo de una malformación en la estructura del corazón presente, en casi todos los casos, desde antes del nacimiento y que, aunque tratada, puede ser crónica y evolutiva.
El tratamiento de cardiopatías congénitas es el puntal en que se apoya la recuperación del paciente y la mejora en su calidad de vida, y para ello es imprescindible conocer sus causas y tener un diagnóstico certero que determine su tipo.
En la mayoría de los casos desconocemos su etiología. Las causas más frecuentes detectadas están relacionadas con factores intrínsecos al propio organismo, como fallos cromosómicos o antecedentes en la genética familiar, y en otros casos pueden ser desencadenantes el consumo de alcohol o drogas por parte de los progenitores.
Clasificación y tipos de cardiopatías congénitas
Podemos hacer una clasificación básica de las cardiopatías congénitas en función de la cianosis que es, a primera vista, uno de los síntomas más evidentes.
CARDIOPATÍAS CIANÓTICAS
Estas conforman un grupo de patologías de distinta clase o naturaleza que presentan tanto lesiones obstructivas al flujo de la sangre que va a los pulmones de tipo pulmonar, como cortocircuitos cardiacos de derecha a izquierda (al existir agujeros en los tabiques que separan las 2 aurículas o los dos ventrículos) y cuyo principal indicador es la cianosis o falta de oxígeno en sangre.
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Transposición de grandes vasos. Este es uno de los tipos más graves y que siempre necesita de cirugía. Provoca que el corazón no envíe correctamente la sangre sin oxigenar a los pulmones para su “limpieza” y, además, que la sangre que le llega oxigenada desde los pulmones sea devuelta a los mismos sin cumplir, en definitiva, con la función de oxigenación del resto del cuerpo. Es imprescindible la intervención quirúrgica al nacimiento.
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Tetralogía de Fallot. Esta combina cuatro malformaciones cardiacas y es considerada más o menos grave dependiendo del compromiso de la arteria pulmonar que exista, pero para su solución, es imprescindible la intervención quirúrgica en los primeros meses de vida.
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Anomalía de Ebstein. Aunque poco frecuente, es una cardiopatía importante, ya que, a pesar de haber nacido con ella, puede no manifestarse hasta la edad adulta con un agrandamiento del corazón y derivar en una grave insuficiencia cardiaca. Con el tiempo pueden aparecer otros síntomas, además de la cianosis, pero detectada a tiempo puede ser tratada con fármacos antes de necesitar una intervención quirúrgica.
Existen otras muchas patologías cianóticas como la atresia pulmonar, algunas formas de ventrículo único, el drenaje venoso pulmonar anómalo o la atresia tricuspídea.
CARDIOPATÍAS NO CIANÓTICAS
En este tipo de cardiopatías la oxigenación de la sangre es la correcta, pero la forma de trabajar del corazón no es la correcta y se ve sometido a sobrecargas que pueden tener consecuencias importantes.
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Comunicación interventricular. A veces se le conoce de manera errónea como “soplo”, es una afección muy común entre este tipo de cardiopatías y puede ser muy leve y curar por sí misma o existir la necesidad de intervenirla quirúrgicamente para cerrarla.
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Ductus arterial persistente. Esta malformación afecta a la comunicación entre arterias y venas mayores y produce que la sangre se mezcle haciendo que el corazón tenga que trabajar forzadamente y colapsando, en ocasiones y según el tamaño los pulmones.
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Estenosis aórtica. En estos casos encontramos un estrechamiento importante en la válvula aórtica que impide que la circulación sanguínea sea fluida. Suele manifestarse en la edad adulta y ante síntomas como palpitaciones tipo aleteo, fatiga continua o mareos es muy conveniente buscar un diagnóstico preciso, ya que tiene solución, bien con una reconstrucción o un reemplazo, y poder continuar una vida normal.
Como en el caso de las patologías cianóticas existen otros muchos fallos estructurales cardiacos que no cursan con falta de oxígeno, como la coartación aórtica, el canal AV completo, las fístulas Av, pero que pueden comprometer igualmente la vida de no ser detectados y tratados a tiempo.
Algunas de estas malformaciones están asociadas a enfermedades y síndromes muy conocidos como el de Down o el de Turner, ambos de origen cromosómico, o el de Di George y el de Noonan de origen no cromosómico; y ser detectadas al nacer o con el desarrollo de la persona.
La implicación de la familia, o cuidadores, del paciente es fundamental tanto en el tratamiento como en el proceso de recuperación, ya que en muchas ocasiones es necesario el uso de técnicas invasivas muy complejas y cuyos buenos resultados dependen en gran medida del postoperatorio.
Como en todas las enfermedades una vez es conocido el diagnóstico hay siempre que seguir las pautas que marquen los profesionales. En el caso de las cardiopatías congénitas, muchas veces es además interesante contar con una segunda opinión respaldada por un equipo multidisciplinar muy bien preparado, ya que dada la naturaleza de los órganos que comprometen pueden ser muy complejas de dictaminar.
Por tanto, ante cualquier duda, necesidad de información o sospecha referente al padecimiento de alguno de los tipos de cardiopatías congénitas que existen. Contacta con nosotros cuando quieres para que podamos informarte y ayudarte.