Fístula coronaria

La fístula coronaria es una condición cardíaca que puede afectar tanto a adultos como a niños. Aunque esta patología es poco frecuente, puede afectar de forma significativa a la calidad de vida de quien la padece. Un diagnóstico precoz y la aplicación del tratamiento adecuado son cruciales; por eso, es importante saber en qué consiste esta cardiopatía congénita y qué opciones de tratamientos existen en la actualidad.

¿Qué es una fístula coronaria?

Una fístula coronaria es una conexión anormal entre una arteria coronaria y otra cámara cardíaca o gran vaso sanguíneo, como una vena o una arteria pulmonar. Las arterias coronarias son responsables de suministrar sangre rica en oxígeno al corazón. Cuando existe una fístula, parte de esta sangre se desvía hacia otra área, lo que puede reducir la eficiencia del suministro de oxígeno al corazón y derivar en distintos problemas cardiovasculares.

Causas de la fístula coronaria

La fístula coronaria ocurre cuando una de las arterias coronarias no logra formarse de manera apropiada cuando el bebé se desarrolla en el útero. Para ello, la arteria coronaria se adhiere de forma anormal a una de las cámaras del corazón —la aurícula o el ventrículo— o a otro vaso sanguíneo, como a una arteria pulmonar.

A menudo, esta condición es congénita, de modo que está presente desde el nacimiento. Sin embargo, una fístula de la arteria coronaria también puede desarrollarse después del nacimiento. En estos casos, puede estar causada por alguno de estos factores:

  • Una infección que debilita la pared de la arteria coronaria y del corazón.
  • Algunos tipos de cirugía del corazón.
  • Una lesión en el corazón en un accidente o cirugía.

Fístula coronaria

Síntomas de una fístula congénita

En función del tamaño de la fístula y de las propias condiciones del paciente, pueden presentarse o no síntomas. Los bebés con esta afección no suelen presentar indicios de enfermedad. De hecho, es posible encontrar fístulas pequeñas que se descubren de forma accidental y no suelen requerir tratamiento.

No obstante, cuando la persona presenta una angina o sobrecarga de volumen, experimenta síntomas como los siguientes:

  • Soplos cardíacos o ruidos patológicos detectables a la auscultación.
  • Retraso en el desarrollo.
  • Palpitaciones o latidos rápidos y/o irregulares.
  • Molestia o dolor en el pecho.
  • Fatiga o cansancio en las tareas diarias.
  • Disnea o dificultad para respirar.

Ejemplos y presentación de casos

A continuación, se presentan dos casos que ilustran cómo puede manifestarse una fístula coronaria congénita y cómo un diagnóstico y tratamiento precoz pueden mejorar las condiciones de vida del paciente.

Caso 1: fístula coronaria en un niño de 5 años

Un niño de 5 años presenta síntomas de fatiga inusual y falta de aliento durante actividades físicas leves. Tras varios estudios, incluyendo un ecocardiograma y una angiografía coronaria, se detecta una fístula entre la arteria coronaria derecha y el ventrículo derecho. Este tipo de fístula provoca que la sangre se desvíe directamente al ventrículo derecho, reduciendo la eficiencia del oxígeno al resto del cuerpo. Se decide realizar una intervención quirúrgica para cerrar la fístula, mejorando significativamente los síntomas del niño.

Caso 2: mujer de 45 años

Una mujer de 45 años acude al médico debido a dolores en el pecho y mareos frecuentes. Después de una evaluación detallada y un cateterismo cardíaco, se identifica una fístula coronaria entre la arteria coronaria izquierda y la arteria pulmonar. La paciente es tratada inicialmente con medicación para controlar los síntomas, pero finalmente se opta por una intervención percutánea para cerrar la fístula debido a la persistencia de los síntomas.

Diagnóstico de la fístula coronaria

La fístula coronaria es una enfermedad rara que puede presentar o no síntomas. En ocasiones, el diagnóstico puede sospecharse en una ecocardiografía. Sin embargo, la coronariografía selectiva suele ser la técnica de diagnóstico más eficaz.

Ecocardiograma

El ecocardiograma es una prueba no invasiva en la que se emplean ondas sonoras para formar imágenes del corazón. Esta técnica puede facilitar la identificación de anomalías en la estructura del corazón y el flujo sanguíneo y, por tanto, la posible presencia de una fístula coronaria.

Angiografía coronaria

La angiografía coronaria es una prueba invasiva que supone la inyección de un medio de contraste en las arterias coronarias para visualizar el flujo sanguíneo. Esta técnica es muy efectiva para confirmar la presencia y ubicación exacta de la fístula. La coronariografía selectiva es la alternativa más utilizada debido a sus buenos resultados.

Resonancia Magnética cardiaca (RM)

La resonancia magnética cardiaca proporciona imágenes detalladas del corazón, de modo que puede ayudar a evaluar la extensión y el impacto de la fístula coronaria. Esta prueba es útil para planificar el tratamiento, especialmente en los casos más complejos.

Tratamiento de la fístula coronaria

No existe unanimidad sobre los criterios para tratar a los pacientes asintomáticos. Debido a que las fístulas tienden a crecer con la edad, se recomienda la monitorización y el seguimiento clínico para descartar signos de crecimiento o aumento del flujo en niños asintomáticos o fístulas pequeñas. Sin embargo, algunos autores sostienen que una intervención temprana, incluso en los pacientes asintomáticos, puede prevenir el riesgo de complicaciones.

En cambio, cuando los pacientes tienen síntomas o son asintomáticos, pero presentan signos de dilatación de las arterias coronarias y sobrecarga ecocardiográfica, se aconseja cerrar las fístulas en el momento del diagnóstico. De hecho, el tratamiento que mejores resultados ha presentado hasta el momento es el quirúrgico.

Intervención percutánea

La intervención percutánea es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza mediante cateterismo. Un cardiólogo inserta un catéter en un vaso sanguíneo y lo guía hasta la fístula, donde se utiliza un dispositivo especial para cerrarla. Este método es efectivo y tiene un tiempo de recuperación más corto en comparación con la cirugía abierta.

Cirugía

La cirugía abierta puede ser necesaria en casos donde la fístula es demasiado grande o complicada, o si se presentan otras anomalías cardíacas. Durante el procedimiento, el cirujano repara la fístula, restaurando el flujo sanguíneo normal. Aunque es más invasiva, la cirugía suele ofrecer una solución definitiva y duradera.

La fístula coronaria es una cardiopatía que, aunque rara, debe diagnosticarse y tratarse cuanto antes para mejorar la calidad de vida de la persona. Para ello, es fundamental estar informados y buscar atención especializada cuando sea necesario. Si quieres resolver cualquier duda sobre la fístula coronaria, rellena el formulario de contacto y te responderemos lo antes posible.