Resonancia cardiaca: protocolo

Ante una resonancia cardiaca, el protocolo es la manera de asegurar que la prueba será tan efectiva como se espera de ella, y mostrará a los especialistas si existe algún problema en el corazón. Si la anomalía ya fuera conocida, a través de la resonancia se puede hacer un seguimiento de la misma y controlar su evolución con el paso del tiempo.

Se trata de una prueba no invasiva, que resulta sencilla para el paciente, y con la que se pueden tomar imágenes del corazón para saber más sobre su estructura y la forma en la que está funcionado.

¿Cómo se hace una resonancia cardíaca?

Para hacer una resonancia magnética cardíaca (IRM), se utiliza un campo magnético que, a través de ondas de radio, consigue producir una imagen muy detallada del corazón. Gracias a ella, es posible detectar y monitorizar patologías en el corazón sin que el paciente deba ser sometido a radiación.

Resonancia cardiaca

Es un procedimiento totalmente indoloro en el que el paciente va a estar tumbado en el interior de la máquina de IRM, que tiene forma de tubo largo y estrecho, abierto en ambos extremos. Al ponerse la máquina en funcionamiento, se activa el campo magnético, que es lo que provoca ese ruido tan particular que todo el mundo reconoce como el propio de un dispositivo de resonancias.

El personal médico permanece en la sala de control y está en constante comunicación por el paciente a través de un interfono. La prueba dura apenas unos minutos y el paciente debe permanecer quieto en la plataforma en la que está tumbado. Es posible que se le pida que contenga la respiración unos segundos mientras se obtienen las imágenes del corazón.

¿Qué se busca en ella?

En la resonancia cardíaca, el protocolo está adaptado incluso a los niños, por lo que se puede realizar a nivel pediátrico si aparecen síntomas de una cardiopatía congénita durante los primeros años de vida.

A través de esta prueba, se hace una evaluación completa de la anatomía y la función de las cavidades cardíacas, las válvulas, el flujo sanguíneo, y estructuras circundantes como el pericardio. Esto permite diagnosticar una amplia variedad de trastornos y enfermedades como:

  • Aneurisma de aorta.
  • Miocardiopatía hipertrófica.
  • Insuficiencia aórtica.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Coartación de la aorta.
  • Comunicación interventricular o interauricular.

La IRM facilita la evaluación de los efectos que están teniendo las enfermedades que afectan al corazón o las arterias coronarias, y mejora la planificación de los tratamientos. También se usa para monitorizar el progreso de ciertos trastornos a lo largo del tiempo, así como los cambios que ha podido producir una cirugía en el corazón.

Es, por tanto, una prueba que ayuda a diagnosticar, pero también a tratar y a hacer un seguimiento de anomalías y enfermedades que afectan al corazón, su perímetro y las arterias.

Resonancia cardiaca

Protocolo de una resonancia cardíaca

Cuando un paciente va a someterse a esta prueba, se le dan previamente unas instrucciones en las que puede ver el protocolo a seguir. Aunque este puede variar ligeramente de un centro hospitalario a otro, a grandes rasgos es siempre muy similar.

Las pautas sobre si se puede comer o beber antes de la prueba se indicarán en el momento de darse la cita para su realización. En algunos casos, se pide al paciente que no coma ni beba nada unas dos horas antes del procedimiento. También se darán indicaciones sobre si hay que suspender el día de la prueba la medicación que se toma normalmente.

El paciente debe acudir a la consulta con ropa cómoda que se pueda quitar y poner fácilmente, ya que deberá desnudarse totalmente y acceder a la sala donde está la máquina de resonancia con una bata de hospital.

Es necesario retirar todo tipo de joyas y abalorios. En el caso de objetos metálicos empleados en intervenciones, como los marcapasos o las placas, no suelen provocar problemas. No obstante, el paciente debe informar de ello a su médico para que este compruebe la compatibilidad entre ese aparato y la máquina de resonancia. Los implantes dentales, si son removibles, deben quitarse antes de la prueba.

Algunos exámenes de resonancia cardíaca utilizan un contraste de gadolinio, que se puede usar incluso en pacientes que tienen alergia al yodo. No obstante, si se tiene algún tipo de alergia a medicamentos, alimentos, o al medio ambiente, hay que informar de ello al especialista antes de la prueba.

Para algunas personas, permanecer unos minutos en la máquina de resonancia puede resultar agobiante. Si se tiene claustrofobia, es recomendable hablarlo antes con el médico para que recete un calmante suave que el paciente tomará antes de la prueba.

También es posible llevar un antifaz que tape los ojos y emplear auriculares para paliar el sonido de la máquina. De hecho, algunos centros ponen estos elementos a disposición de sus pacientes para conseguir que la prueba les resulte menos molesta.

Diferencias entre un TAC y una resonancia cardiaca

La principal diferencia entre ambas pruebas es que en la resonancia cardíaca se usan ondas de radiofrecuencia para ver el corazón, mientras que el TAC o tomografía computarizada utiliza radiación (rayos X).

La resonancia tiene una alta resolución temporal y de contraste, lo que permite hacer una mejor evaluación de la función cardíaca e identificar los diferentes tejidos. Por su parte, el TAC facilita la exploración de las arterias por su alta resolución espacial.

La realización de una prueba u otra dependerá de qué desee estudiar el especialista. Es la combinación de ambas, e incluso su conjunción con otras pruebas diagnósticas, lo que ha permitido incrementar la esperanza de vida con una cardiopatía congénita, porque gracias a ellas es posible evaluar cómo está el corazón sin tener que hacer una intervención más agresiva para el cuerpo.

 

Ante una resonancia cardiaca, el protocolo asegura que la prueba será efectiva y fácil de sobrellevar para el paciente. De ahí la importancia de seguir las indicaciones de los especialistas.