Cardiopatía congénita: esperanza de vida

Esta patología es una malformación del corazón con la que se nace, esto no implica que tenga que ser hereditaria, aunque en algunos casos pueda observarse ese componente. En la cardiopatía congénita la esperanza de vida depende de muchos factores, pero en la mayoría de los casos, si son tratadas a tiempo, viene a ser la misma que la del resto de la población.

Esta anomalía se produce en el principio del estado de gestación, durante la etapa embrionaria, y la mayoría pueden ser detectadas antes del nacimiento o a las pocas horas del parto. Sin embargo, hay bebés que nacen con una cardiopatía y no presentan síntomas hasta pasado un tiempo después.

Cardiopatías congénitas más frecuentes

Aunque todas son fallos en la formación de la estructura del corazón existen dos tipos de cardiopatías congénitas bien diferenciadas. Las cianóticas que comprenden a aquellas en la que la sangre no se oxigena de manera adecuada y las no cianóticas en las que la sangre encuentra obstáculos para fluir hacia el resto de los órganos.

CARDIOPATÍAS CIANÓTICAS

La carencia de oxígeno en la sangre es lo que caracteriza a este grupo y es quizás el más conocido, ya que uno de los síntomas es la coloración azulada que aparece en la piel, las mucosas y en las extremidades. Las más frecuentes son:

  • Tetralogía de Fallot

  • Transposición de los grandes vasos

CARDIOPATÍAS NO CIANÓTICAS

Este segundo grupo abarca las malformaciones que impiden que la sangre fluya de manera correcta. Se dividen en dos subtipos dependiendo de la forma en que lo hacen:

CORTOCIRCUITO IZQUIERDA-DERECHA:

  • Comunicación interventricular

  • Comunicación interauricular

  • Ductus

LAS OBSTRUCTIVAS

  • Estenosis pulmonar

  • Estenosis valvular aórtica

  • Coartación de aorta

Cardiopatía congénita esperanza de vida

Controles y esperanza de vida

Por lógica los controles y la esperanza de vida son diferentes dependiendo del tipo y de la gravedad que presenten las anomalías. El control que se debe llevar con un niño que nace con una cardiopatía, a medida que crece, depende de la severidad de la misma:

CARDIOPATÍAS LEVES

Aquí se engloban aquellas en las que la lesión es mínima. Son las relacionadas con las no cianosantes, como pequeños cortocircuitos, que no revisten gravedad alguna y tiende a curarse por sí solas. Una vez bien valoradas no requieren de mayor control que el normal en el crecimiento del niño. La esperanza de vida es la misma que la de un niño que nace completamente sano.

CARDIOPATÍAS MODERADAS

Aquí se engloban aquellas cardiopatías con un riesgo moderado. Las personas con este tipo de lesión pueden realizar actividades poco o moderadamente intensas. Por ejemplo, el deporte competitivo poco intenso, aunque antes deben realizar una prueba de esfuerzo cuyo resultado indique la ausencia de riesgo para ese nivel de competición. En este tipo de cardiopatías se pueden encontrar la estenosis aórtica moderada, hipertensión pulmonar, prótesis valvulares, insuficiencia aórtica o mitral moderada, extrasístoles ventriculares e hipertensión arterial sistémica.

CARDIOPATÍAS GRAVES

Aquí se engloban aquellas en las que la lesión es grave y debe ser tratada con mucho cuidado. Los pacientes con cardiopatía grave pueden hacer actividades poco intensas, aunque si se realizan una prueba de esfuerzo positivo, podrían a llegar a realizar una actividad moderada. Aquí encontramos la estenosis aórtica grave, taquicardias supraventriculares, estenosis pulmonar grave, síndrome del QT largo congénito, síndrome de Marfán, insuficiencia aórtica o mitral grave, coartación de aorta e hipertensión pulmonar grave. Lógicamente la esperanza de vida se ve disminuida según la gravedad de la cardiopatía, así que aquí encontraremos las más cortas.

 

¿Cuál es el pronóstico?

La posibilidad de detectar muchas de las cardiopatías cuando el bebé aún no ha nacido ha abierto un abanico de soluciones que evitan retrasos en la actuación médica y que son cruciales para la supervivencia.

Diagnosticar estas patologías en el estado fetal mediante ecocardiografías u otros procedimientos ha hecho que el pronóstico de curación sea bueno en la gran mayoría de los casos tratados.

TRATAMIENTOS

Es posible que los niños con defectos cardíacos leves no necesiten ningún tratamiento. Pero algunos bebés tienen síntomas graves que necesitan tratamiento médico o quirúrgico durante el primer año de vida. Serán atendidos por:

  • Cardiólogos pediátricos: médicos que se especializan en el tratamiento de problemas cardíacos en niños.

  • Cirujanos cardíacos pediátricos: médicos que se especializan en cirugía cardíaca infantil.

Hoy en día, debido al avance en los cuidados pre y postoperatorios, incluyendo los farmacéuticos y nutricionales, y de las intervenciones cada vez más específicas y respaldadas por una tecnología puntera es posible operar a recién nacidos que por su bajo peso, y estado general, hace años era impensable.

Los tratamientos paliativos necesarios para poder llegar a las cirugías definitivas son cada vez menos necesarios, ya que el paso a la reconstrucción del corazón, excepto en algunos casos, ya es posible lo cual supone uno de los logros más importantes de las últimas décadas en el ámbito pediátrico.

La esperanza de vida en estas enfermedades aumenta en la misma proporción que lo hace el mejor conocimiento del desarrollo fetal, de la anatomía del corazón y de las mejoras en los cuidados intensivos.

Los niños tratados por un defecto (quirúrgica o médicamente) necesitarán visitas regulares con un cardiólogo pediátrico. Al principio, estas visitas pueden ocurrir con frecuencia, quizás cada mes o dos. Más tarde, es posible que se reduzcan, a veces a solo una vez al año.

Esto resulta muy reconfortante para todos aquellos que se ven inmersos en una situación de estas características y que por lo general no es esperada.