La cardiopatía coronaria es, dentro del conjunto de enfermedades que afectan al corazón, uno de los trastornos de mayor prevalencia en España y en todo el mundo desarrollado.
Esta enfermedad no está encuadrada dentro de ninguno de los tipos de cardiopatías congénitas, puesto que su desarrollo suele ser la consecuencia de una mala alimentación, de unos hábitos de vida poco saludables y del envejecimiento.
La buena noticia es que, en muchos casos, esta enfermedad puede evitarse mediante la prevención, por eso es importante saber por qué se presenta, cómo se trata y la forma de prevenirla de manera eficaz.
Pero ¿qué es la cardiopatía coronaria? Se trata de una afección caracterizada porque los vasos cardiacos no permiten que el flujo de sangre oxigenada aportado al corazón sea el deseable. Es decir, el músculo cardiaco recibe un caudal de sangre oxigenada inferior al que se precisa para el buen funcionamiento del organismo.
Además, cuando la obstrucción del vaso es muy importante o se convierte en total, la cardiopatía coronaria deriva en una angina de pecho o en un infarto de miocardio.
Síntomas
La sintomatología de la cardiopatía coronaria es muy variable: algunos enfermos no presentan síntomas y otros pueden experimentar manifestaciones clínicas de gran envergadura.
En este sentido, las molestias y los dolores pectorales (especialmente si son ocasionales) son un síntoma habitual y muy característico. Igualmente, esas molestias o dolores pueden experimentarse en sitios como el cuello, el esternón, el estómago, la zona superior de la espalda o en los brazos (muy particularmente en el brazo izquierdo).
Los dolores y molestias referidos suelen presentarse cuando el afectado realiza esfuerzos físicos o experimenta emociones fuertes. Una vez en reposo o superado el trance emocional, los síntomas desaparecen.
Además, es muy frecuente experimentar debilidad, fatiga y/o dificultades respiratorias.
Dado que estas manifestaciones pueden coincidir con algunos síntomas de cardiopatías congénitas, su presencia no es una confirmación evidente de que se padezca una cardiopatía coronaria.
Solo mediante las correspondientes pruebas diagnósticas, que enumeraremos más adelante, puede determinarse si los síntomas están o no provocados por una cardiopatía coronaria.
Causas de la cardiopatía coronaria
La cardiopatía coronaria es la consecuencia directa del estrechamiento y el endurecimiento de las arterias coronarias.
¿Y por qué se produce el estrechamiento? Pues a causa de los depósitos de placas de grasa que se van acumulando en esas arterias. Los mayores factores de riesgo, en este caso, son los niveles altos de colesterol y triglicéridos. Y no está de más decir que, en la mayoría de los casos, se trata de un factor fácilmente controlable si se cuida la alimentación.
Respecto al endurecimiento arterial o ateroesclerosis, este puede ser un efecto natural de la edad, con cierto componente hereditario. Pero no existe ninguna duda médica de que la obesidad, el tabaco y la diabetes pueden ser causantes de facto de su aparición, además de acelerar considerablemente su avance.
En definitiva, muchas de las causas que pueden desencadenar o agravar una cardiopatía coronaria son fácilmente evitables.
Pruebas y exámenes diagnósticos
Una vez se presentan los síntomas, es el cardiólogo quien debe confirmar si estos se deben o no a una cardiopatía coronaria. Para ello, puede valerse de un amplio arsenal de pruebas y exámenes diagnósticos. A modo de ejemplo:
- Ecografías cardíacas
- Electrocardiogramas
- Angiografías coronarias
- Tomografías computarizadas
- Resonancias magnéticas
- Pruebas de esfuerzo
Tratamiento de la cardiopatía coronaria
Una vez detectada la presencia de una cardiopatía coronaria, el primer objetivo del tratamiento es evitar o retrasar el avance de la enfermedad. Esto se consigue:
- Controlando los niveles de colesterol malo y triglicéridos, mediante pautas dietéticas adecuadas y/o utilizando medicamentos.
- Vigilando los niveles de azúcar en sangre.
- Controlando el peso corporal.
- Evitando el tabaco.
Además, si el paciente afectado por una cardiopatía coronaria también tiene hipertensión, se eleva el riesgo de que sufra un accidente cardiovascular o cerebrovascular. En estos casos, es imprescindible el control de la hipertensión. A este respecto, si la abstención del consumo de sal y el control del sobrepeso no dan el resultado apetecido, puede recurrirse a la medicación.
Y para las obstrucciones muy graves (o que ya han provocado una angina de pecho o un infarto), el cardiólogo decidirá entre las siguientes opciones:
- Colocación de stents en las arterias obstruidas.
- Angioplastia.
- Realización de uno o varios bypass (cirugía de derivación de las arterias obstruidas).
En algunas ocasiones, el problema también puede solucionarse mediante un procedimiento de cirugía cardíaca poco invasivo.
Pronóstico
En general, el pronóstico de la cardiopatía coronaria (siempre que esté debidamente tratada) es bueno.
Esto es especialmente cierto si la enfermedad se ha detectado en sus estadios iniciales y cuando aún no ha provocado ningún incidente cardiaco de importancia. Incluso en ese último caso, la tasa de supervivencia a medio y largo plazo de los pacientes es razonablemente alta.
Medidas de prevención
Aunque seguir estas medidas de prevención no supone una garantía absoluta para impedir que se desarrolle la enfermedad coronaria, lo cierto es que gran parte de los casos pueden evitarse si el paciente:
- No fuma.
- Disminuye la ingesta de grasas saturadas.
- Aumenta el consumo de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas.
- Sigue unas pautas saludables de nutrición.
- Evita el sobrepeso.
- Controlan los niveles de colesterol y triglicéridos.
- En caso de ser diabético, controla adecuadamente la evolución de la afección.
Finalmente, una vez que sabemos qué es la cardiopatía coronaria y la importancia de su diagnóstico temprano, no está de más añadir que es sumamente recomendable la realización de un chequeo cardiológico anual. De esta forma, es posible detectar precozmente la enfermedad y adoptar las medidas oportunas para controlar su evolución.