Qué es cor pulmonale

El cor pulmonale es, junto con la cardiopatía hipertensiva y la enfermedad coronaria, uno de los tipos de miocardiopatía más frecuentes en los pacientes de más de 50 años de edad.

El término cor pulmonale procede del latín y literalmente se traduce como “corazón pulmonar”, una transcripción que, aunque médicamente es muy poco precisa, da algunas pistas acerca de la auténtica naturaleza de ese trastorno cardíaco.

¿Qué es realmente el cor pulmonale?

Lo cierto es que no existe una concordancia médica total a la hora de considerar si un caso clínico puede considerarse o no un cor pulmonale.

A pesar de eso, en general, el cor pulmonale se describe como una alteración fisiológica de la estructura del ventrículo derecho (VD) del corazón, lo que provoca una anomalía funcional en el mismo.

Esa alteración normalmente está causada por un trastorno subyacente del sistema respiratorio que suele cursar con hipertensión pulmonar. Y esa hipertensión pulmonar está asociada a enfermedades que nada tienen que ver (en principio) con el músculo cardíaco.

La alteración fisiológica que se observa en el ventrículo derecho, desarrollada como consecuencia de una tensión pulmonar elevada, suele consistir en una hipertrofia del tamaño o una dilatación del mismo.

Esa fisiopatología que se presenta en el cor pulmonale se produce porque la hipertensión pulmonar hace que aumente la presión de llenado del lado derecho del músculo cardíaco.

Qué es cor pulmonale

Expliquemos esto último: en condiciones fisiológicas normales, el ventrículo derecho bombea sangre en un circuito vascular pulmonar que ofrece poca resistencia a dicho bombeo. Sin embargo, en los casos en los que se observa que existe cor pulmonale, la resistencia vascular pulmonar aumenta muy considerablemente, lo que provoca la elevación de la presión arterial pulmonar y hace que el trabajo realizado por el ventrículo derecho sea mucho mayor que el realizado en condiciones normales.

Y es ese sobreesfuerzo continuado el que termina provocando las anomalías físicas características del cor pulmonale en el ventrículo derecho, en forma de engrosamiento, de dilatación o de ambas cosas.

Posibles causas

La hipertensión pulmonar causante del cor pulmonale está casi siempre asociada a ciertos tipos de enfermedades pulmonares crónicas, como puedan ser la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o la EPI (enfermedad pulmonar intersticial).

Esa hipertensión también puede obedecer a trastornos vasculares de otra etiología (como es el caso de la hipertensión arterial pulmonar idiopática), a ciertas enfermedades de las vías respiratorias superiores (como puede ser la apnea obstructiva del sueño) e incluso a alteraciones fisiopatológicas de la pared torácica, caso de la cifoescoliosis.

Otras causas no tan habituales son la fibrosis quística, la esclerodermia (endurecimiento de los tejidos conectivos) y el síndrome de hipoventilación por obesidad.

Añadimos que, cuando el cor pulmonale se presenta de forma aguda, la causa más frecuente suele ser una embolia pulmonar masiva.

De todos los trastornos subyacentes enumerados, la EPOC es la causa más frecuente de cor pulmonale. Lo cierto es que, aunque en la mayoría de los pacientes con EPOC la hipertensión pulmonar suele ser de carácter leve o moderado, eso no impide que se acabe desarrollando con el paso del tiempo un cor pulmonale.

Síntomas del cor pulmonale

Salvo en los casos de cor pulmonale de carácter agudo, es muy posible que el paciente no experimente ningún síntoma perceptible hasta que el trastorno esté considerablemente avanzado.

Cuando se presentan, los pacientes experimentan:

  • Sensación de falta de aire y/o mareos al realizar actividades que exigen esfuerzo físico.
  • Otros síntomas típicos de insuficiencia cardíaca, como puedan ser el edema y la hinchazón de las extremidades inferiores o dificultades respiratorias de carácter severo.

Hacemos hincapié en que todas las señales enumeradas coinciden con algunos síntomas de cardiopatías congénitas y de otras disfunciones cardíacas, por lo que, cuando se dan, es imprescindible que el paciente se someta a las correspondientes pruebas diagnósticas.

Diagnóstico

Puede sospecharse que existe cor pulmonale con base en una simple exploración física. A modo de ejemplo, el cardiólogo puede oír con un estetoscopio ciertos sonidos característicos que apunten a que el ventrículo derecho está tensionado.

Si a esto se le suma hinchazón de las venas del cuello y de los miembros inferiores, la sospecha será aún mayor. En presencia de esos signos clínicos, la confirmación diagnóstica puede obtenerse a partir de:

  • Radiografías de tórax.
  • Ecocardiografías Doppler.
  • Angiotomografías computarizadas.
  • Gammagrafías de ventilación.
  • Resonancias magnéticas.

Además, el cateterismo cardíaco derecho es la prueba de referencia para el diagnóstico y la evaluación de la gravedad de la hipertensión pulmonar que deriva en cor pulmonale.

Las pruebas de capacidad pulmonar y las pruebas de marcha son útiles para evaluar, respectivamente, la gravedad de la enfermedad pulmonar que provoca el cor pulmonales y los efectos negativos que provocan los esfuerzos físicos en el organismo del afectado.

Tratamiento

El tratamiento se dirige, principalmente, a controlar la enfermedad subyacente que causa el cor pulmonale. El principal objetivo es mejorar la oxigenación y la función del ventrículo derecho y disminuir la vasoconstricción pulmonar.

El arsenal terapéutico que puede emplearse en el manejo del cor pulmonale es muy variado. A modo de ejemplo:

Qué es cor pulmonale

  • La oxigenoterapia alivia la vasoconstricción pulmonar hipoxémica, lo que reduce el esfuerzo cardíaco y mejora la función renal.
  • Los diuréticos se utilizan para disminuir el elevado volumen de llenado del ventrículo derecho en pacientes con cor pulmonale crónico.
  • Los anticoagulantes también se emplean habitualmente, puesto que el riesgo de embolias pulmonares aumenta en los pacientes con cor pulmonale.

Además, pueden utilizarse algunos glucósidos cardíacos en los pacientes que padecen este problema. Sin embargo, los efectos beneficiosos de estos fármacos no son tan evidentes como en otros tipos de insuficiencias cardíacas.

Finalizamos añadiendo que el pronóstico del cor pulmonale es muy variable y depende fundamentalmente de la patología subyacente que lo provoca y de la gravedad de esta.