Francisco Reinoso Barbero

Jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación Infantil

“Pensaba que lo más bonito que había en el mundo era la sonrisa de un niño, pero estaba equivocado, porque lo más bonito que hay en el mundo, para mí, es la sonrisa de un niño que lo ha pasado muy mal. Como médico, he visto a niños que han estado muy malitos a los que has ayudado a que salgan adelante. Y, además, les has ayudado a que lo hagan sin dolor, sin que pasen estrés, sin que tengan memorias negativas. En muy poco tiempo, los ves sonriendo, guapos, recuperados... y eso, para mí, es lo que más vale”.