Uno de cada cuatro fallecimientos en España tiene que ver con problemas cardiovasculares. Según los estudios que cada año realiza el Instituto Nacional de Estadística, es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. Por ello, tener en cuenta los factores de riesgo cardiovascular de la OMS es imprescindible para vivir con una mayor tranquilidad.
Las cardiopatías congénitas tienen mucho que ver con estas cifras. Por eso, si dudas sobre este tipo de diagnóstico, contacta con nosotros para confirmarlo y tomar las medidas necesarias, así como reducir las posibilidades de experimentar complicaciones.
Afortunadamente, en la mayoría de los casos, seguir unas sencillas pautas permite llevar una vida completamente normal. En ese sentido, conocer y evitar los factores de riesgo es el principal objetivo de cardiólogos y pacientes.
Factores de riesgo: una realidad doble
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los especialistas médicos que se centran en estudiar las causas de enfermedades coronarias, establecen dos tipos de factores de riesgo: los exógenos y los endógenos.
Los primeros dependen de las decisiones que la persona toma en su cotidianeidad. En ese sentido, integrar ciertos hábitos y evitar diversos consumos son los principales recursos que, desde la ciencia médica, se plantean para tener un sistema coronario mucho más fuerte.
Por otro lado, los segundos tienen que ver con el organismo y las características físicas de la persona y, frente a ellos, la persona en cuestión tiene poca capacidad de actuación. En estos casos, serán el control y el conocimiento de las señales de alerta lo que evitará problemas en el futuro.
Factores de riesgo cardiovascular endógenos
Los factores de riesgo cardiovascular endógenos son los que tienen que ver con el propio organismo. No tienen por qué tratarse de cardiopatías y otros diagnósticos (aunque estos también pueden darse), sino con la propia evolución del paciente a lo largo de su vida. Estos son los principales puntos a tener en cuenta:
Herencia genética
Ciertas cardiopatías se heredan de padres a hijos y se pueden identificar desde el nacimiento de los mismos e incluso en la etapa prenatal. Por eso, es importante conocer el historial familiar y compartirlo con los especialistas cuando se tienen sospechas de sufrir problemas coronarios.
Además, existen condiciones genéticas que, más allá de las cardiopatías, pueden provocar problemas en el corazón y en el sistema circulatorio. Los profesionales de este ámbito de la salud pueden realizar estudios para identificarlas y recomendar los controles necesarios para evitar que se produzcan problemas mayores.
Pese a ser enfermedades consideradas raras, existe un volumen importante de pacientes en España con diagnósticos de cardiopatías. Los más habituales son los siguientes:
- Estenosis o insuficiencia valvular congénita. Los pacientes con este diagnóstico presentan anomalías en una o varias válvulas cardíacas, lo cual dificulta un funcionamiento normal. Pueden no abrir bien (lo que se conoce como estenosis) o no cerrar debidamente, que es cuando se da la insuficiencia valvular.
- Comunicación interauricular y comunicación interventricular. Se trata de dos defectos congénitos que tienen relación con el paso anormal de la sangre entre el tabique interauricular o el tabique interventricular.
- Persistencia del conducto arterioso. En esta cardiopatía, la comunicación entre la arteria pulmonar y la aorta no se cierra de manera normal, lo que puede provocar congestión pulmonar.
- Coartación de la aorta. Es más frecuente en hombres y se trata de un estrechamiento anómalo de la aorta que dificulta el flujo de la sangre desde el corazón hasta el tren inferior del cuerpo.
Edad y sexo
La edad es uno de los factores de riesgo cardiovascular más relevantes en la actualidad debido al aumento de la esperanza de vida en las últimas décadas. En edades avanzadas, las posibilidades de sufrir algún accidente relacionado con el corazón aumentan.
En el caso de los varones, es importante elevar las precauciones a partir de los 45 años. Para las mujeres, la edad de aumento de riesgo se eleva hasta los 55 o tras pasar la menopausia, pues se reduce el nivel de estrógenos en su organismo.
Esta situación médica está relacionada con el hecho de que el número de hombres que sufren episodios cardiovasculares a edades más tempranas es superior al de mujeres. Sin embargo, el riesgo en la mujer es mayor a partir de los 50.
Alteraciones hormonales
Diagnósticos de hipotiroidismo, hipertiroidismo, síndrome del ovario poliquístico o alteraciones en el cortisol, como el que provoca el síndrome de Cushing, pueden estar detrás de desajustes metabólicos que desemboquen en aumento del riesgo cardiovascular en personas de cualquier edad y condición.
Factores de riesgo cardiovascular exógenos
Los factores de riesgo cardiovascular exógenos son los que se pueden revertir cuando alguien se pregunta cómo mejorar la salud del corazón.
Un simple cambio de vida puede reducir en gran medida la posibilidad de desarrollar enfermedades del corazón y, por tanto, minimizar el porcentaje de riesgo de sufrir situaciones graves o fallecimientos por causas coronarias.
Tanto la OMS como organismos nacionales como la Fundación del Corazón destacan, en este punto, los siguientes factores:
Tabaquismo
Cada cigarrillo contiene un total de 7.000 sustancias químicas, entre las que se encuentra la nicotina. Muchas de ellas están relacionadas con consecuencias tóxicas y proinflamatorias. El consumo habitual de tabaco produce un daño en el endotelio vascular, la capa interna de los vasos sanguíneos, que se traduce en un diagnóstico de aterosclerosis, que está considerada a su vez como la base de la mayor parte de las enfermedades cardiovasculares.
Dietas no recomendadas
Otro gran punto de atención se da en el caso de dietas que no son equilibradas y que apuestan por una ingesta de grasas saturadas y trans. El consumo de estos alimentos suele estar combinado con un abuso de sal y de comida ultraprocesada. Todas estas decisiones alimentarias contribuyen al aumento del colesterol malo, aumentan la glucemia y generan una inflamación crónica que está relacionada con un mayor riesgo de infarto.
Sedentarismo
Una vida poco activa tampoco es recomendable para quienes desean cuidar de su corazón. La falta de ejercicio está relacionada con la obesidad y la hipertensión. Además, se ha demostrado que el sedentarismo desencadena alteraciones metabólicas, hormonales y cardiovasculares que dañan el sistema circulatorio de manera permanente.
Alcohol y drogas
El uso de alcohol y drogas está considerado como uno de los riesgos cardiovasculares con más incidencia en la sociedad española. Sustancias como la cocaína y las anfetaminas suelen causar arritmias, vasoespasmos y otras dolencias que pueden acabar con un diagnóstico grave.
Contaminación ambiental
La polución del aire que entra al organismo por las vías respiratorias genera inflamación en venas y arterias y, por tanto, provoca un daño vascular que puede generar complicaciones a largo plazo.
Estos son los principales factores de riesgo que se relacionan con enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares en la actualidad.
Especialmente en el caso de las cardiopatías congénitas, es importante trabajar con los pacientes para conseguir un diagnóstico temprano que permita intervenirlos debidamente. En caso de no ser posible, se deben marcar las revisiones necesarias para controlar la situación.
En centros especializados como el servicio de cardiopatías congénitas del Hospital Universitario La Paz existe un equipo de profesionales especialmente centrado en el acompañamiento a estas personas desde su nacimiento.
